viernes, 23 de julio de 2010

LA INTELIGENCIA ORGANIZACIONAL.


Es la fuerza motriz de los negocios en el siglo XXI, fundamentada en el coeficiente emocional.
Es bien sabido que existen carácterísticas propias de los seres humanos tales como la emoción, la intuición, el espíritu y la experiencia; las cuales están siendo rescatadas por las grandes organizaciones y sus líderes; siendo estas principales fuentes de reflexión y de poder. Así las cosas, al aumentr la inteligencia emocional cambia esa forma de energía y se transforma la experiencia en el trabajo y las relaciones de quien vive esa realidad.
En ese sentido, la inteligencia organizacional se fundamenta en el principio de coeficiente emocional y sistemas biológicos, mediante los cuales se trata a las personas, a los mercados, a las ideas y a las organizaciones como únicas, vivas, creadoras, interactivas y capaces de cambio, aprendizaje, crecimiento e inclusive sinergia.
De lo expuesto, puede afirrmarse que cataloga a la inteligencia emocional como sinónimo de sabiduría creativa, pues las emociones incitan, crea la creatividad, colaboración, incentivo y transformación, en tanto que el razonamiento lógico frena los impulsos y conforma el propósito con el proceso, la tecnología.
Si bien es cierto que un exceso de emoción puede perturbar momentaneamente la razón o el análisis, no es menos cierto que muy poca emoción pudiera ser más perjudicial para una organización, en el sentido que se pierde la escencia creadora y motivadora, en virtud de que gran parte de la sabiduría creativa existe en el núcleo de la inteligencia emocional y está allí para ser aprovechada.
Ahora bien, las emociones son una indispensable “energía activadora” de los valores éticos, tales como la confianza, integridad, empatía, flexibilidad y credibilidad, además del capital social que representa la capacidad de crear y mantener valiosas relaciones de negociois, las que nos ofrendan una logica intuitiva, pre-reflexiva, que puede exteriorizarse y hacerse explícita.
Existe una premisa popular que expresa “lo que es escencial no es evidente ante los ojos”, en ese sentido, las exaltaciones vienen a constituir una fuente interna de vigor, de fuerza, de poder y de información, que si sabemos utilizarlas, puediera ser de enorme beneficio para la organización en general.
Para la teoría del liderazgo, a quien compete el rol de lider, debe contar con la destreza de auto motivación y auto impulso además de lograrlo con los demás. Esta capacidad, expone el arrojo necesario que tiene un individuo para edificar las grandes organizaciones, y competir con una visión de futuro.
De acuerdo con esta concepción, aquéllos que ostenten un cargo de alta gerencia y de alta relevancia, deben establecer una diferenciación entre sus sentimientos más profundos de los otros estimulos e inforrmes a los cuales se encuentra sometido la mayor parte del día, en virtud de que gana una inmesurable flexibilidad de respuesta al tener conciencia de los estados emocionales.
Nos encantramos en tiempos en los cuales debemos romper paradigmas como forma proactiva de demostrar inteligencia organizacional, esta es aquélla fuerza de empuje para los negocios, como expusimos al comienzo, rompiendo esquemas de las premisa del siglo XX en las cuales eramos invitados a desconfiar de nuestras intuiciones y corazonada, para buscar más bien la aprobación externa, tal y como lo haría un perro en fase de entrenamiento quien busca la complacencia de su amo a través de la mirada. En consecuencia, ponemos en duda nuestra fuerza interior, lo cual constituye un error gravísimo, por cuanto, los ejecutivos exitosos y triunfadores le hacen caso a sus corazonadas y a las otras formas de inteligencia emocional que al ser bien encausada se convierte en inteligencia organizacional, en todas sus decisiones y actuaciones de su vida.
De acuerdo con esta concepctión podemos infeir que quien lideriza un grupo social o laboral, debe lidiar con su propia energía en primera instancia, para luego ayudar a los demás a encausar la suya propia. Así las cosas, estos individuos quienes ejercen una influencia sobre los demás, deben ser auténticos, sinceros, rectos en todas sus actuaciones y tener claro quienes son. Así mismo sentirse bien con sus responsabilidades y funciones, cumpliendo de esta manera con ellas a gusto y con entuisiasmo, desprovisto de tensiones, para evitar depresiones laborales a la postre. De modo que se potencia el entendimiento con los demás, además de guiar eficazmente las pautas de energía y tensión para no perder la capacidad de vigilancia y atención, lo que produce una declinación de la inteligencia intlectual y emotiva y como consecuencia la organizacional; pudiendo así interferir con las buenas relaciones del equipo de trabajo como resultado final.
La inteligencia organizacional nos lleva a entender las emociones y extraer de ellas la información necesaria para saeguir en la carrera del éxito. Ella nos incita a escuchar, aclarar, valorar, prepararnos y avanzar, aprener e innovar, considerar, recordar, simpatizar, cambiar y motivar.
Un buen profesional cargado de inteligencia organizacional debe tener dentro de sí autodisciplina, guía interior y empuje emocional. El conocimiento emocional nos exige reconocer y respetar nuestros sentimientos conservando la conciencia y disciplina para no dejarnos llevar por los vientos emotivos del momento y dirigirnos activamente.

23jul10

ELABORADO POR: Hanna Hernández Lárez, Asesor
Autor: HANNA HERNANDEZ LAREZ
U.C.V. (Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas.-Laude)
U.S.M. (Postgrado en Gestión Portuaria y Comercio Exterior- Laude)
U.C. (Diplomado en Aduana y Comercio Exterior -Summa Cum Laude)

Asesor de Inversión & Corredor de Bolsas-Finanmarkets Consultores C.A.
Mercados Internacionales -Finanmarkets Consultores C.A.

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